¿Estás bien? Es la típica pregunta retórica, ya que siempre vas a terminar diciendo que sí ya que explicar el motivo del porqué estás mal es sinónimo a ponerse mal o deprimirse cuando la otra persona pregunta “¿Por qué?” solo de educación, nunca sabes si realmente le importa. Sin embargo, hay personas que si le importan el porqué estás mal y otras que no siempre, sólo cuando están bien ellas y tienen ganas de oírte, y a veces se terminan aburriendo, contestan “ajam” o sólo con monosílabos.

¿Pero quién soy yo para juzgar a las distintas personas de la manera que escuchan? Nadie. Admito que alguna vez que otra no tuve ganas de escuchar y lo hice igual, no por educación, si no porque la otra persona lo necesitaba. Quizá es una forma de ver las cosas, yo confío en las personas y se que cuento los necesite van a estar… Pero… ¿Todos piensan lo mismo? No, y eso es algo que me cuesta muchísimo. Yo se que no todos somos iguales o no tenemos los mismos valores y lo se y lo acepto. Pero duele. Me duele que no puedan hacer lo mismo que yo hago por los demás, que algunos sean egoístas o simplemente no estén acostumbrados a hacerlo.