Ya ni aguanto lo que es guardarse algo durante tanto tiempo.
Soy consciente de que olvidar es imposible, porque sacar algo de la mente… Sólo con magia se podría efectuar, y sabemos que no existe. Lo que si podemos es dejar de pensar en esa persona con el sentimiento que pensábamos antes.
Pero qué es lo que pasa cuando ese sentimiento vuelve, cuando sentís que no queres pasar por todo esto otra vez. ¿Recurrimos a la negación?… ¿Y cuándo la negación ya esta en otros límites, mas halla de nosotros? Llega un momento que negar lo que nos pasa es querer tapar el sol con las manos.
Luego, escondemos ese sentimiento, no queremos que sea visto. No es vergüenza, es “no querer que nadie sepa que en algún fondo sos débil”. Y llega ese ‘esperado’ momento, en donde un grito de auxilio sale de tus entrañas, sientes que te falta el aire, las lágrima desbordan de tus ojos y lo único que queda es admitir que lo que fue en ese pasado temes de que vuelva. Y se dan cuenta de que eres débil, de que eres normal y que necesitas ayuda de oído.
Antes no encontrabas a la persona indicada, pero cuando lo dijiste sentiste que era esa persona que querías que lo sepa, que podes confiar, aunque en el medio hallan peleas absurdas.
Sientes que el aire vuelve, que no se cierra tu pecho y que puedes estar tranquila, porque ya no guardas con algo tan fuerte y doloroso en tú interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario